
Mi cocina es una cocina de memoria y paisaje. Busco reinterpretar sabores que la gente reconoce, pero con un lenguaje actual y una técnica exigente que respete el producto y lo eleve. Me interesa la pureza, la precisión y, sobre todo, la emoción del plato. Un ‘Jordi Cantó’ se reconoce porque tiene alma y equilibrio: detrás hay trabajo, sensibilidad y sabor. No basta con que sea bello o complejo — lo más importante es que emocione y que esté realmente bueno.


He tenido la suerte de formarme en cocinas que marcan una generación, como Nerua en el Guggenheim Bilbao, DiverXo en Madrid, Casa Marcial y la última que más me marcó, Zaranda. En cada una de ellas aprendí algo distinto: el respeto absoluto por el producto, la importancia del detalle y la necesidad de que cada plato tenga un sentido, una historia detrás. Pero, sobre todo, entendí que la cocina debe emocionar. Esa idea me ha acompañado siempre y es lo que intento transmitir ahora en Sa Clastra.
Sa Clastra es una experiencia que nace del alma de Mallorca. El nombre hace referencia al patio central de las casas señoriales mallorquinas, un espacio donde la vida se compartía. En el restaurante seguimos esa misma filosofía: es un lugar donde los sabores tradicionales se encuentran con la técnica contemporánea. El menú actual, ‘Viento y Memoria’, está inspirado en los nueve vientos de la isla y en la memoria colectiva mallorquina. Es un viaje por los paisajes, los recuerdos y la identidad de Mallorca a través del sabor.



Todo empezó en mi infancia, en Mallorca, durante las largas comidas familiares de los domingos en casa de mi abuela. Allí descubrí el poder que tiene la comida para reunir a las personas. Aquellos aromas, esa calidez y el valor de compartir despertaron en mí la pasión por cocinar. Desde entonces supe que quería dedicarme a esto.
Fue un momento de enorme emoción y orgullo, sobre todo porque Sa Clastra nació después de casi dos años de cierre por la pandemia. La estrella representa el esfuerzo, la constancia y la ilusión de todo un equipo que creyó en un nuevo comienzo. Es una motivación para seguir creciendo y para demostrar que desde Mallorca se puede hacer alta cocina con identidad propia.
Mallorca siempre ha sido mi hogar y mi fuente de inspiración. Es una isla con una energía única, donde el producto, el paisaje y la cultura se mezclan de una forma muy especial. Después de años fuera, sentí la necesidad de volver para aportar algo a mi tierra, cocinar desde mis raíces y hacerlo en un entorno tan privilegiado como Castell Son Claret, que respira historia, naturaleza y autenticidad.
Sería imposible quedarme con uno solo, pero el aceite de oliva virgen extra que elaboramos en la finca tiene un significado especial. En 2023 producimos nuestro primer aceite, fruto de casi 200 olivos del propio Castell Son Claret. También el limón, tan mediterráneo, que usamos en platos, postres y cócteles. Ambos ingredientes representan la esencia de nuestra cocina: respeto, origen y frescura.
Mallorca está viviendo un momento de gran madurez culinaria. Hay una nueva generación de cocineros que entienden la isla como un todo - su producto, su paisaje, su historia - y eso marcará el futuro. Creo que la clave estará en seguir profundizando en la sostenibilidad, el Km0 y la colaboración con productores locales. La cocina mallorquina tiene cada vez más voz propia.
Me gusta perderme por la Serra de Tramuntana, descubrir pueblos pequeños, bares o casas de comidas donde la gente cocina como siempre. También disfruto visitando mercados y hablando con los productores. Esa conexión con la tierra y la gente me inspira y me recuerda por qué hago lo que hago.
Además, me gusta pasar tiempo con mi joven familia, disfrutando de las tradiciones locales y transmitiendo a mis hijos los mismos privilegios y valores con los que crecí. Siempre que puedo, aprovecho las primeras horas del día para hacer deporte; si el tiempo es justo, voy al gimnasio, y si tengo un par de horas, me escapo en la bicicleta de carretera. Es mi vía de escape.
Nuestro objetivo es seguir mejorando, mantener al equipo unido y continuar fortaleciendo nuestro proyecto de Km0 en Castell Son Claret. Ya contamos con nuestro huerto propio, producimos aceite y limones, y para 2026 presentaremos nuestro vermú y gin elaborados con hierbas de la finca. Se trata de seguir creciendo con coherencia, cuidando cada detalle y disfrutando del proceso.











